jueves, 20 de julio de 2017

Beato María Eugenio del Niño Jesús

Enrique (Henri) Grialou nació el 2 de diciembre de 1894, en una modesta familia de Gua, pueblo minero de la región de Aveyron, en Francia. Fue el tercero de cinco hermanos. Su infancia estuvo marcada por la muerte de su padre, en 1904 y, a partir de entonces, por el esfuerzo abnegado de su madre para sacar a sus hijos adelante, a pesar de las dificultades.

Educado en un clima de fe, se siente desde niño atraído por el sacerdocio. Ni las penurias de su familia, ni la Primera Guerra Mundial, que interrumpirá sus estudios de seminarista, apartarán a Enrique de su decisión de ser sacerdote. Por el contrario, le harán madurar en su vocación y en su convencimiento de entregarse totalmente a Dios. Una característica de toda su vida será esta entrega total a la voluntad de Dios, manifestada a través de los acontecimientos. Un libro sobre Juan de la Cruz le descubre su llamada al Carmelo Teresiano.

Después de su ordenación sacerdotal, el 4 de Febrero de 1922 entra en el noviciado de los carmelitas, a pesar de la oposición de su madre y de sus formadores,. El 10 de Marzo de 1922, el joven sacerdote Enrique Grialou recibe el hábito de la Orden del Carmen, tomando el nombre de fray María Eugenio del Niño Jesús. En este tiempo, entregado al silencio, a la oración, al encuentro con Dios, profundiza en la gracia profética y mariana del Carmelo, haciéndola suya. Se empapa de las enseñanzas de los grandes maestros del Carmelo, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, sin olvidar nunca a su amiga de infancia, Teresita del Niño Jesús. El padre María Eugenio presiente ya que tiene una misión. Esta misión, se irá explicitando como carmelita, y más tarde, como fundador de un Instituto Secular. A lo largo de toda su vida servirá apasionadamente a su Orden y a la Iglesia.

Desde el comienzo de su ministerio, convencido de la riqueza de la doctrina espiritual de los santos carmelitas, se dedicará con todas las fuerzas a difundir sus enseñanzas a públicos muy diversos, tanto oralmente como a través de sus escritos. Impregnado de la actualidad de la reformadora del Carmelo, santa Teresa de Jesús, se pone a trabajar para revitalizar los carmelos en Francia, siendo nombrado visitador apostólico por Pío XII, en 1948. También ocupará algunos puestos de responsabilidad al servicio de la Orden: Definidor General (1937-1954), Vicario General (1954-1955), y Provincial del Sur de Francia. Entre sus diferentes escritos, destacamos su obra maestra, Quiero ver a Dios que nos abre a su propia experiencia espiritual.

Llamado por Dios para transmitir su gracia a una familia espiritual, funda en 1932 el Instituto Secular Notre-Dame de Vie, en Venasque (Francia). Este Instituto está formado por laicos consagrados, hombres y mujeres, y sacerdotes, que viven de la espiritualidad del Carmelo e intentan testimoniar de la presencia del Dios Vivo en los ambientes más diversos, en medio del mundo; viviendo y enseñando el camino de la oración contemplativa.

El padre María-Eugenio se va a la casa del Padre el 27 de Marzo de 1967, un lunes de Pascua, día de la fiesta de Notre-Dame de Vie, instituida por él para celebrar la alegría de María al ver a su Hijo resucitado. Desde entonces su obra prolonga su acción. Su carisma continúa vivo entre nosotros a través del libro Quiero ver a Dios, de sus escritos y enseñanzas, del Instituto Secular Notre-Dame de Vie y de todas aquellas personas que en su Orden y en la Iglesia le conocieron.
La causa del Padre María-Eugenio se abrió en 1985. El arzobispo de la diócesis de Avignon, Raymond Bouchex, formó un tribunal eclesiástico y una comisión de expertos. El resultado de todos los trabajos fueron 25,000 páginas de documentos y testimonios que fueron enviados en 1994 a Roma, a la Congregación para la Causa de los Santos que redactó la Positio que contiene una biografía muy documentada y todos los elementos necesarios para comprobar las virtudes heroicas del Padre María-Eugenio. Finalmente, el 19 de diciembre de 2011, S.S. Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto reconociendo tales virtudes.

El viernes 4 de marzo de 2016, S.S. Francisco autoriza la promulgación de un decreto reconociendo un milagro obrado por Dios por intercesión del Venerable María-Eugenio del Niño Jesús, su nombre quedará inscrito en la lista de beatos el 19 de noviembre, fecha en la que se realizará la ceremonia de beatificación.

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