lunes, 9 de enero de 2017

Santo Niño de Atocha

Según la tradición, durante la última etapa de la reconquista, cuando los cristianos de España luchaban para liberarse de los moros que habían invadido la península, el pueblo de Atocha fue tomado por los moros y muchos cristianos cayeron prisioneros. Los familiares y todo el pueblo rezó por los prisioneros ya que estos no recibían alimentos. Fue entonces que un niño vestido como peregrino de la época entró en el campamento de presos con una cesta de alimento y un jarro de agua. Los guardias le permitieron alimentar a los presos descubrieron sorprendidos que no se agotaban los alimentos de la cesta ni el agua de la jarra del niño. Ni los moros ni los cristianos conocían a aquel niño y llegaron a la conclusión que era el niño Jesús quien los visitaba. La concha que viste identifica a los peregrinos a Santiago de Compostela.


Una pequeña estatua de esta aparición del niño Dios se ha venerado en Atocha por muchos años de donde se propagó por muchas regiones, particularmente en México.




ALABANZA AL SANTO NIÑO DE ATOCHA



"Niñito de Atocha, Hijo de María, Reluciente antorcha, nuestro amparo guia.

Divino Jesus; Este dulce nombre, con tu eterna luz, ilumina el orbe.

Niñito prodigioso, Venid de Plateros, Y ampara piadoso, A estos tus hijuelos.

Venid compatriotas, Venid forasteros, Y al Niño de Atocha, Gracias tributemos.

Bienvenido seas, Niño sempiterno, Bienvenido seas, A darnos consuelo.

Agraciado Niño, Que riéndote estas, Mostrando cariño, A la cristiandad.

Con grillos estas, Pero muy contento, Los dejas y vas, A hacer tus portentos.

Al que triste hallas, Con tribulaciones, Si tu auxilio aclama, Pronto le socorres.

Médico divino, Tierno relicario, Solo a verte Niño, Van a tu Santuario.

Cuantos impedidos, Entran de rodillas, Son fieles testigos, De tus maravillas.

Los presos humildes, Te hacen petición, Y luego son libres, De dura prisión.

A los ingnorantes, Los alumbras luego, Y a los caminantes, Los libras del riesgo.

Oh, que grande dicha, Gozais Fresnilleros, Con la gran reliquia, Que se halla en Plateros.!

Permitidme, Niño, De mi corazón, Morir con auxilio, De la Extrema Unción, Adiós Niño hermoso, Adios mi querido, Niño milagroso, De ti me despido. Tu dulce memoria, Nos lleve triunfando, A tu eterna Gloria, A estarte alabando."

Nota: Los hechos milagrosos referidos en esta Novena solo merecen una fe humana, mientras que la Iglesia no de su fallo sobre ellos, según lo dispuesto por S.S. Urbano VIII.


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