viernes, 20 de mayo de 2016

Beata María Crescencia Pérez

La Hermana María Crescencia Pérez (María Angélica), nació en San Martín, provincia de Buenos Aires, el 17 de agosto de 1897. Muy pronto se trasladó con su familia a Pergamino, donde transcurrió su adolescencia en un clima de profunda fe religiosa, dedicándose a los estudios, y al duro trabajo en los campos. 

Madurada su vocación, el 31 de diciembre de 1915 entró en el Noviciado de las Hijas de María Santísima del Huerto en Buenos Aires donde, el 7 de septiembre de 1918, emitió sus votos religiosos. 

Los primeros años de su vida religiosa los dedicó a los niños como maestra de labores y como catequista, primero en la casa provincial y después en el colegio Nuestra Señora del Huerto de Buenos Aires. 

En 1924 se dedicó con el mismo entusiasmo a los enfermos, especialmente a los niños tuberculosos en el Sanatorio Marítimo Solarium de Mar del Plata. 

Permaneció allí por tres años exponiendo su propia salud que comenzaba a declinar rápidamente. En busca de un clima más propicio fue enviada a Vallenar, Chile, donde algunas de sus Hermanas prestaban servicios en el hospital local. 

Allí transcurrió el último período de su vida, dedicada totalmente al servicio de los otros enfermos, en la alegría de la vida comunitaria, creciendo incesantemente en el amor de Dios. 

Murió a los 35 años el 20 de mayo de 1932 con gran pesar de la población local que hablaba de ella como de la “santita”. Cuando las Hermanas del Huerto dejaron Vallenar, la gente impidió que se llevaran su cuerpo. En 1966 fue encontrado incorrupto y actualmente se encuentra en la Capilla del Colegio del Huerto de Pergamino.

Fue beatificada el 17 de noviembre de 2012.

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